Hay personas que ante una situación inesperada que puede provocar estrés, como la de esperar a que venga otro trasporte a recogerle ya que el autobús en el que iba a sufrido una avería y no puede continuar, comienzan a enredarse en reacciones que no solo no resuelven el que venga antes el otro autobús sino que se sobre-activan más aún:
Miran el reloj constantemente, salen y entran del autobús, preguntan muchas veces cuando va a tardar, se lamentan o enfadan de la pérdida de tiempo que están teniendo, se enervan y van hablando a los demás pasajeros procurando contagiar su malestar a otros.
Esta es una manera de meternos en el camino del Sobre-estrés. Por el contrario hay otros que continuan sentados dentro del autobús y aprovechan la oportunidad para contestar mensajes, oír música, incluso dar una cabezada es decir se lo toman como una oportunidad para descansar y relajarse. Es una manera distinta de responder y caminar por el afrontar la situación de una manera más saludable.
Esta manera de reaccionar la podemos practicar todos incluso cuando hay que hacer frente a
muchos y diferentes problemas para que no suframos sobré-estrés, esto ha ocurrido porque
hemos aprendido a reaccionar de esta manera, pero podemos aprender nuevas formas de
reaccionar.
Si eres de los que reacciona de la primera manera, te animo a continúales leyendo, vamos a
plantear alguna indicaciones que pueden resultarte de utilidad para afrontar de una manera más
saludable situaciones de Sobre-estrés.
1. Identifica las fuentes de estrés y tus reacciones ante él.
Hay fuentes de estrés que son “autocreadas”, bien porque las magnificamos y las convertimos en
amenaza cuando no lo son, bien porque no nos detenemos a reflexionar sobre ,lo improductivo
de las mismas y las asimismo de manera automática. Ejemplos son cuando:
Dirigimos nuestra vida o nos esclavizamos de las opiniones de los demás. Podemos tener en cuenta la opinión de los demás claro ¡que si!, puede resultarnos muy útil para conducirnos mejor por nuestra vida, y otra muy diferente es que las opiniones de los demás condicionen nuestras propias tomas de decisiones o nos atormenten y paralicen.
Las personas hablamos de los otros, lógico somos seres sociales, pero procurar actuar del modo que cada
una de las personas crees que esperan de nosotros, aparte de que resulta agotador es imposible, porque
SIEMPRE va haber alguien que no le va aparecer bien algo que hagas o digas. Te recomiendo que tomes nota de estas observaciones y observa si seguir esta opinión te compensa o no, te resulta beneficiosa para ti o no y recuerda que ERES TU el que decide si seguirla o no.
2. Cuando los fallos y errores nos atormentan y nos impiden avanzar.
El ser humano es imperfecto por naturaleza y por tanto, si comete fallos en su día a día, y es algo
tan habitual como que amanezca todos los días. No por salir el sol todos los días nos preocupamos, pero sí algunas personas suelen hacerlo en exceso cuando fallan en algo, aunque sea pequeño.
Te propongo si te ocurre que discrimines lo que puedes hacer de lo que no. La propia reacción de estrés puede ser una señal que podemos usar para identificar lo que esta en nuestra mano de lo que no esta. Y desde ahí adquirir RESPONSABILIDAD, observar que ha pasado, que he aprendido y observarlo como una oportunidad para mejorar las cosas e introducir cambios para acciones futuras.
3. Revisa tu sistema de creencias.
Estas son creencias en las que las personas conducen su vida según su criterio y no se plantean su validez, las asumen sin replanteamiento alguno, y cuando en alguna ocasión no actúa siguiéndolas se sienten confundidas, enfadas o tristes como si hubieran cometido una gran falta por tanto estas creencias resultan desadaptativas.
Se manifiestan de manera absolutista, se identifican fácil con los “debería..” Actuando estos como tiranos tipo “No debo cometer fallos”, “No debo llegar tarde a mis citas”, “debo agradar a los demás”, “debo hacer las cosas bien”….
Esto suele aplicarse también a las personas de nuestro entorno y en ocasiones pueden afectarse relaciones sociales “no debería comportarse así”, “tiene que aprender, que las cosas se hacen así y
ya esta” “debería venir el, no yo”…. ¿Por qué no sustituir los “debo” por “voy a hacer” o “me gustaría hacer”; hacer este cambio puede tener más gratificación de la que aparentemente vemos porque facilita la aceptación.
Si crees que necesitas ayuda para identificar y reconducir tus reacciones en acontecimientos que te provocan estrés, estaríamos encantados de ayudarte, para observar cuales son esos puntos y trabajar para que tu manera de manejar el estrés sea más saludable.
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